Decalogo

1. Al levantarse dígase a sí mismo: Buen día, deseando un día mejor que el anterior. Este gesto lo colmará de optimismo
para todo el día, suceda lo que pueda suceder. El optimismo arroja lejos lo que sea celos, envidia, miedo, angustia,
tristeza. Estas cosas son verdaderos enemigos de la felicidad.

2. Agradezca por todo lo que suceda en el día, comenzando por la sonrisa en la llegada de este nuevo amanecer, por el
canto de los pájaros, por la inocencia de los niños. Agradecer es propio de personas simples, nobles y felices.

3. Opte por ser bueno. Cree en la sinceridad de los demás. Si es traicionado, deje que las cosas sigan adelante. Un día
todo se aclarará porque la verdad siempre triunfa. Usted haga el bien, siempre el bien. Hacer el bien hace bien.

4. Ofrezca siempre un semblante sereno y acogedor. Será un constructor de paz y felicidad en su medio ambiente. En
la calle salude a las personas. Es un gesto delicado y hace que la gente se sienta más persona. Sonría. Los que lo
encuentran necesitan de su sonrisa para aliviar el dolor.

5. Comente sólo el lado bueno de las cosas. Los pensamientos positivos ayudan a la digestión, hacen bien al corazón y
facilitan la circulación. Usted será el fruto de su propio pensamiento.

6. No tenga rencor por nadie. El rencor aplasta, es mediocre y no proviene de Dios. Sólo sirve para poner barreras en el
interior de las personas e impide la felicidad. Perdone siempre y vivirá feliz.

7. Viva con naturalidad. Sea usted mismo y no se compare con los demás. Lo importante es que hoy viva mejor que
ayer.

8. Sea discreto, sincero y no comente con ligereza todas las verdades que sabe. Sobre la discreción y la sinceridad se
apoyan la confianza sólida y la profunda amistad.

9. Sea paciente, sincero en las discusiones y en el diálogo. Sepa escuchar y piense bien antes de responder para no
herir. Caso contrario usted lastima a los otros y se sentirá angustiado e infeliz.

10. No haga a nadie las cosas que no le gustaría que le hagan a usted. Trate de ser para todos, la manifestación de algo
bueno, que da la paz y la felicidad. Nuestro mundo tiene hambre de todo lo que hace bien y ayuda a ser mejor.